viernes, 4 de abril de 2008

Cuento a medias

El niño indeciso (final)

Después de haberlo estado pensando muy detenidamente, Alberto decidió tirar de aquella cuerda.

¡Ahhhhhh! Alberto no sabía muy bien como había llegado hasta ahí, pero estaba agarrado a una pequeña piedra que amenazaba con caerse en cualquier momento. Entonces hizo la cosa más tonta de su vida: mirar hacia abajo. Una de sus manos dejó de agarrarse a la piedra. Alberto volvió a gritar.

Un cazador que pasaba por allí confundió el grito del niño con el de un oso, y pensó que tal vez su trampa había funcionado. Corrió hacia ella y vio a Alberto, que se alegro mucho, sin embargo al cazador se le borró la sonrisa de la cara, aunque no estaba disgustado del todo.

Alberto volvió a casa sano y salvo aunque se había llevado el mayor susto de toda su vida. Alberto acabó odiando completamente las alturas y eso de estar colgado de algunos sitios, cosa que antes le parecía algo divertidísimo. Por otra parte el cazador recibió una pequeña recompensa y los dos salieron en la portada del periódico.



Espero que os halla gustado.

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